Y mientras el mundo se deshace la garganta en sus gritos eufóricos de gol, por otro lado mujeres y niños lloran y sufren las barbaries de una guerra, de una guerra que no tiene sentido, de una guerra en la que Palestinos e Israelíes luchan por un miserable pedazo de tierra, una guerra en la que siempre los mas dolidos, afectados y sufridos son los civiles, niños muertos por misiles lanzados, hombres y mujeres mutilados, el mundo atarantado y cegado por un balón sigue sin poner atención al sufrimiento de personas que están viviendo el infierno en la tierra.
Así como en todo, el egoísmo nos priva de la sensibilidad con la que casi todos nacimos, y digo casi todos, si... porque no todos los humanos somos sensibles al sufrimiento ajeno, siempre hay un anestésico que adormece aun mucho mas las fibras intimas del ser humano que dejan sin ojos, oídos y corazón a muchos.
Hoy estamos todos atarantados por un esférico, que corre pateado por un par de piernas en una cancha, en la que se juega y pelea un titulo que si lo analizamos, es de lo mas banal, frívolo e idiota.
Nos sentamos todos frente a un televisor, en familia o con amigos, compartiendo alimentos chatarra o típicos, con nuestros vasos llenos de cerveza, alcohol o gaseosas, gritando con una fraternidad asombrosa y vitoreando o abucheando. ¡Que unión despierta y provoca un balón! Debería de ser esa misma unión la que nos reúna para pedir y orar por esas personas que hoy sufren la desgarradora realidad que es una guerra, madres deshijadas llorando a lado del cuerpo de su hijo, padres desaparecidos e hijos llorando solos la terrible condición de la orfandad, pero no…el mundo sigue ciego y sordo observando a ese inútil esférico rodar por un césped. Imagenes vienen a mi memoria de hombres y mujeres llorando porque su equipo perdió, con una lastimosa y avergonzaste agonía de dolor ante la derrota de 11 jugadores, 11 jugadores que solo juegan y pelean una copa, un titulo inútil que solo les da la victoria de ser los mejores en fútbol. Nos abrazamos y reímos de emoción ante la victoria, lloramos y desmayamos si nuestro equipo no triunfa, así mismo debería de ser al ver el sufrimiento de estos pueblos, lejos de nosotros pero cerca en esencia, con diferentes religiones y creencias, pero al fin humanos, triste condición de nosotros al no fraternizarnos por el sufrir amargo de estas personas, que están lejos pero cerca…porque como todo en la vida, alejamos a los que están cerca y aun mucho mas a los que están realmente lejos. La humanidad sufre y seguimos alejandonos de nuestra esencia y esa esencia es; el AMOR que Jesus nos enseño, no importa si eres Judío, Musulmán o Cristiano, somos ante todo HUMANOS.
MFL
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