¡Ay esos amores! Hay de amores a
amores, lo mas triste es cuando confundes un verdadero amor con un, digámoslo
así, perro amor. Todos hemos pasado
por todo tipo de amores, a menos que hayas encontrado al amor de tu vida en el
primer intento, y ahí si, ni como opinar. Pero cuando has batallado en
encontrar a la persona indicada para ti, te topas con cada amor, que ¡hasta
pena da mencionarlos y aún más
(pena) recordarlos. La mente, además de sus múltiples funciones fisiológicas,
psíquicas y naturales, tiene la de emitir ciertos químicos que provocan el
enamoramiento. Muchos piensan que uno se enamora con el corazón ¡Pues noooooo!
El corazón es un músculo que su única función es bombear sangre, oxigenarla y
regresarla al torrente sanguíneo; o sea tus venas que pasan por todos tus
órganos. Uno se enamora con la cabeza, por eso aquellos lindos posts en los que
aparecen dibujos animados del
cerebro desesperado diciendo al corazón que esta equivocado. Equivocada es la
idea de que nos enamoramos con el corazón: el corazón no razona, no emite
juicios, no da parámetros, y en pocas y efímeras palabras ¡tampoco piensa! No
puedes enamorarte con un tríceps ¿o si? Bueno pues lo mismo es el corazón: un
simple y llano músculo. Muchos confundimos atracción física con amor, muchos
nos enamoramos de una linda fachada y de un interior vacío, muchos nos dejamos
llevar por las primeras impresiones que nos regala una linda cara, un cuerpo
fantástico y un caminar felino. La mente en esos momentos solo emite el
terrible cocktail químico formado por
la dopamina, adrenalina y norepinefrina. Deliciosa combinación que produce en
el cuerpo euforia y hace que el corazón lata con fuerza y nos quite el sueño.
Eso se puede llamar enamoramiento…un enamoramiento fino y puro, pero estar enamorado…¡eso
es otro nivel! El amor como tal no tiene ninguna relación con el corazón, lo
tiene todo con el cerebro, el cerebro después de que pasa y sobrevive aquel
cocktail, empieza a funcionar como debe, empieza a razonar, diferenciar lo que
es una atracción física a una atracción mental, empieza a desmenuzar fibra por
fibra de esa persona, poniendo en una balanza intereses y gustos, manera de
pensar y actitudes, carácter, respuestas y preguntas. El amor, el amor como tal
es una mezcla de pasión y atracción mental, es una suma de cuerpos y mentes, un
resultado de actitudes y respuestas. Pero los amores perros, esos amores que te degradan a niveles
incomprensibles, a niveles catastróficos y degenerantes, esos amores son
destructivos. Son amores que solo involucran la atracción física, porque nadie
puede amar cuando te lastiman. No puedes querer o amar a alguien que te daña.
Tanto el cerebro como la capacidad de razonar tienen la particularidad la
autodefensa, eso que llaman el instinto de supervivencia: no puedes ni debes
confundir un arrebato sexual o carnal con un amor verdadero, porque el amor
verdadero te llena de momentos intelectuales, de serenidad, de pasión física
que se nutre con la pasión mental. Cuantas veces nos topamos con una persona
que nos arrebata el aliento con solo mirarla, que sientes que los pies flotan y
que tu respiración se siente como colchón inflable, ya sube y baja como
brincolin. Bueno, pues déjame decirte que si encuentras esa persona que mueve
todas tus fibras carnales y desacomoda las mentales, pues solo estas viviendo
un enamoramiento. Porque el físico atrae, pero el cerebro enamora. En muchas
ocasiones me he topado con personas que no sabes el porque están relacionadas
sentimentalmente con aquella persona, se les ve en extremo diferentes, y no
hablo del físico, porque bien puede estar un hombre poco agraciado con una
mujer bellísima, o viceversa. Me refiero a que intelectualmente son distantes, lejanos,
con condiciones de vida que se disparan una de la otra de manera exorbitante. No
puedes amar a alguien que no comparte contigo lo elemental, no puedes presumir
de vivir un verdadero amor cuando la persona con la que estas no comulga en
ningún aspecto de tu vida contigo. Cuando sus costumbres no convergen con las
tuyas en ningún momento del camino. Esos amores
perros son unos perros amores, porque solo logran satisfacer tu necesidad
física pero dejan vacía -¡muy vacía!- la emocional e intelectual. No puedes
amar a alguien que no sea primero tu amigo. El amor empieza por la mente y baja
a las entrañas, es cosa natural. Dicen que el amor no puede vivir en dos mentes
diferentes, yo digo que si, mientras exista un lugar en esos intelectos en
donde se reúnan de vez en vez y formen un nosotros juntos. No tienen que ser
necesariamente iguales, pero tienen que ser necesariamente parecidos. Yo no
podría enamorarme de un hombre que no camina por caminos como los míos, sobre
todo en el plano intelectual y afectivo. Podrá ser atractivo, tener una
economía boyante, pero si su cabecita no da para mas, el amor en mi no nace, se
queda como un enamoramiento pasajero y al poco tiempo muere como mueren las
flores al pasar la primavera. Los amores deben ser intelectuales y luego, sólo
luego, físicos, o ya de perdida físicos e intelectuales, pero si solo se nutren
con el placer físico, aquello llegara a cansar, porque no aporta nada al intelecto
y a la interioridad, porque en lugar de sumar, empieza a restar, porque no deja
nada a tu alma, a tu espíritu. La pregunta es sencilla: ¿quieres un amor perro o un@ perr@ que te ame? Define
bien tus amores, porque de amores estamos hechos y no deshechos #POSOYE
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