8.27.2014

Amores perros o que perros amores… #POSOYE

¡Ay esos amores! Hay de amores a amores, lo mas triste es cuando confundes un verdadero amor con un, digámoslo así, perro amor. Todos hemos pasado por todo tipo de amores, a menos que hayas encontrado al amor de tu vida en el primer intento, y ahí si, ni como opinar. Pero cuando has batallado en encontrar a la persona indicada para ti, te topas con cada amor, que ¡hasta pena da  mencionarlos y aún más (pena) recordarlos. La mente, además de sus múltiples funciones fisiológicas, psíquicas y naturales, tiene la de emitir ciertos químicos que provocan el enamoramiento. Muchos piensan que uno se enamora con el corazón ¡Pues noooooo! El corazón es un músculo que su única función es bombear sangre, oxigenarla y regresarla al torrente sanguíneo; o sea tus venas que pasan por todos tus órganos. Uno se enamora con la cabeza, por eso aquellos lindos posts en los que  aparecen dibujos animados del cerebro desesperado diciendo al corazón que esta equivocado. Equivocada es la idea de que nos enamoramos con el corazón: el corazón no razona, no emite juicios, no da parámetros, y en pocas y efímeras palabras ¡tampoco piensa! No puedes enamorarte con un tríceps ¿o si? Bueno pues lo mismo es el corazón: un simple y llano músculo. Muchos confundimos atracción física con amor, muchos nos enamoramos de una linda fachada y de un interior vacío, muchos nos dejamos llevar por las primeras impresiones que nos regala una linda cara, un cuerpo fantástico y un caminar felino. La mente en esos momentos solo emite el terrible cocktail químico formado por la dopamina, adrenalina y norepinefrina. Deliciosa combinación que produce en el cuerpo euforia y hace que el corazón lata con fuerza y nos quite el sueño. Eso se puede llamar enamoramiento…un enamoramiento fino y puro, pero estar enamorado…¡eso es otro nivel! El amor como tal no tiene ninguna relación con el corazón, lo tiene todo con el cerebro, el cerebro después de que pasa y sobrevive aquel cocktail, empieza a funcionar como debe, empieza a razonar, diferenciar lo que es una atracción física a una atracción mental, empieza a desmenuzar fibra por fibra de esa persona, poniendo en una balanza intereses y gustos, manera de pensar y actitudes, carácter, respuestas y preguntas. El amor, el amor como tal es una mezcla de pasión y atracción mental, es una suma de cuerpos y mentes, un resultado de actitudes y respuestas. Pero los amores perros, esos amores que te degradan a niveles incomprensibles, a niveles catastróficos y degenerantes, esos amores son destructivos. Son amores que solo involucran la atracción física, porque nadie puede amar cuando te lastiman. No puedes querer o amar a alguien que te daña. Tanto el cerebro como la capacidad de razonar tienen la particularidad la autodefensa, eso que llaman el instinto de supervivencia: no puedes ni debes confundir un arrebato sexual o carnal con un amor verdadero, porque el amor verdadero te llena de momentos intelectuales, de serenidad, de pasión física que se nutre con la pasión mental. Cuantas veces nos topamos con una persona que nos arrebata el aliento con solo mirarla, que sientes que los pies flotan y que tu respiración se siente como colchón inflable, ya sube y baja como brincolin. Bueno, pues déjame decirte que si encuentras esa persona que mueve todas tus fibras carnales y desacomoda las mentales, pues solo estas viviendo un enamoramiento. Porque el físico atrae, pero el cerebro enamora. En muchas ocasiones me he topado con personas que no sabes el porque están relacionadas sentimentalmente con aquella persona, se les ve en extremo diferentes, y no hablo del físico, porque bien puede estar un hombre poco agraciado con una mujer bellísima, o viceversa. Me refiero a que intelectualmente son distantes, lejanos, con condiciones de vida que se disparan una de la otra de manera exorbitante. No puedes amar a alguien que no comparte contigo lo elemental, no puedes presumir de vivir un verdadero amor cuando la persona con la que estas no comulga en ningún aspecto de tu vida contigo. Cuando sus costumbres no convergen con las tuyas en ningún momento del camino. Esos amores perros son unos perros amores, porque solo logran satisfacer tu necesidad física pero dejan vacía -¡muy vacía!- la emocional e intelectual. No puedes amar a alguien que no sea primero tu amigo. El amor empieza por la mente y baja a las entrañas, es cosa natural. Dicen que el amor no puede vivir en dos mentes diferentes, yo digo que si, mientras exista un lugar en esos intelectos en donde se reúnan de vez en vez y formen un nosotros juntos. No tienen que ser necesariamente iguales, pero tienen que ser necesariamente parecidos. Yo no podría enamorarme de un hombre que no camina por caminos como los míos, sobre todo en el plano intelectual y afectivo. Podrá ser atractivo, tener una economía boyante, pero si su cabecita no da para mas, el amor en mi no nace, se queda como un enamoramiento pasajero y al poco tiempo muere como mueren las flores al pasar la primavera. Los amores deben ser intelectuales y luego, sólo luego, físicos, o ya de perdida físicos e intelectuales, pero si solo se nutren con el placer físico, aquello llegara a cansar, porque no aporta nada al intelecto y a la interioridad, porque en lugar de sumar, empieza a restar, porque no deja nada a tu alma, a tu espíritu. La pregunta es sencilla: ¿quieres un amor perro o un@ perr@ que te ame? Define bien tus amores, porque de amores estamos hechos y no deshechos #POSOYE


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